Principios de Barcelona: Los 7 mandamientos de la comunicación y de las relaciones públicas

Hace diez años, varios actores internacionales de la comunicación y las relaciones públicas unieron sus fuerzas para progresar el sector y adaptarlo al cambiante escenario económico, tecnológico y empresarial.

El resultado de su esfuerzo fue un guía de referencia conocida como la Declaración de los Principios de Barcelona, reconocida internacionalmente en este sector. Los siete principios que contiene se asemejan a los mandamientos bíblicos. Para muchos profesionales en el sector de la comunicación, estos principios representan una guía diaria para una comunicación adecuada y efectiva.

Medición y evaluación para una comunicación efectiva

Los Principios de Barcelona están compuestos de siete “reglas” cuyo fin es asegurar una buena práctica de medición y evalución de las actividades de comunicación y de relaciones públicas dentro de cualquier organización.

El concepto de “medición” significa asignar datos concretos y tangibles a las diferentes medidas de comunicación y de relaciones públicas, mientras que el de “evaluación” se refiere al análisis de la efectividad de tales actividades, medidas o estrategias al comparar los resultados de medición con los objetivos planteados inicialmente.

En otras palabras, la medición y la evaluación son procesos diferentes pero que al mismo tiempo van de la mano.

Principios de Barcelona actualizados

Recientemente, actores internacionales bajo el resguardo de la AMEC han revisado y actualizado los Principios de Barcelona. Los siete fundamentos de la comunicación y las relaciones públicas han sido adaptados para ajustarse mejor al escenario empresarial actual caracterizado por la transformación digital.

A continuación se presenta un resumen de los principios acordados en 2020:

Principio 1: Para la planificación de la comunicación así como para la medición y la evaluación, determinar previamente los objetivos es fundamental.
Principio 2: La medición y la evaluación deben considerar tanto los resultados como el impacto potencial de las actividades.
Principio 3: Se debe considerar el resultado y el impacto a largo plazo de una estrategia de comunicación tanto para la propia organización como para el resto de actores empresariales influyentes y para la sociedad.
Principio 4: La medición y la evaluación no deben ser únicamente realizadas a través del análisis cuantitativo sino también cualitativo para proporcionar un mayor conocimiento.
Principio 5: El resultado de las métricas de equivalencia del valor publicitario (AVE, por sus siglas en inglés) no es sinónimo del valor de la comunicación. Por tanto, la medición y la evaluación necesitan un criterio más rico.
Principio 6: Observar, medir y evaluar igualmente todos los canales relevantes, tanto online como offline, propios, conseguidos, compartidos o pagados.
Principio 7: Integridad y transparencia en los procesos de medición y evaluación, desde la recolección y el análisis de datos hasta la conformidad con las leyes de protección de datos.

Los principios actualizados enfatizan la importancia de utilizar soluciones inteligentes para medir las acciones de comunicación y su éxito, tanto de forma cuantitativa como cualitativa.

Los comunicadores que han interiorizado esta guía de referencia no solo se aseguran de que sus mensajes están bien orientados, son bien recibidos y se pueden medir sino que también demuestran su atención por el cuidado de los consumidores, de otros actores involucrados en el proceso empresarial y de la sociedad en general. De esta manera, los Principios de Barcelona nos recuerdan la importancia de una comunicación adecuada y holística.

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